El filo de la Filosofía



Por Andrea Montserrat López
Alumna de Licenciatura en Desarrollo Humano

                No queda duda que las clases de filosofía son enteramente a flor de piel en el tiempo que duran, siendo honesta es una de las clases que más me mueven y más me destrozan neurona tras neurona formando un exquisito caos dentro de mi cabeza, con información que se relaciona con experiencias que he vivido, gratas o no tan gratas, pero que te hacen ponerte a pensar.
Sencillamente no te puedes resistir a su método inductivo de cada tema visto en la clase porque el ser humano está hecho para eso, para avanzar y no estancarse dentro de una burbuja sino se pudriría.
                Y elegí este título porque así es la filosofía, es cruel y cultural, es como una navaja suiza, del lado que la tomes resulta tener filo traicionero apuntando directamente a ti sin compasión y sin modales.
Como cada lunes el martirio excéntrico de las alumnas se hace presente puntualmente dentro del aula, definitivamente mi percepción ha cambiado con las interacciones que hacemos entre compañeras, pues no somos personas estudiando Desarrollo Humano, sino, personas en desarrollo y es lo que nos permite averiguarnos y volvernos hacia nosotras dentro de las tres horas de clase a la semana.
                La importancia de la filosofía en nuestros tiempos es cada vez mayor, pues sin ella hoy por hoy estaríamos más perdidos que nunca, no nos salvaríamos en nuestras relaciones, no pensaríamos en la libertad de expresión y mucho menos exigiríamos respuestas cuando las necesitamos; ni siquiera existiría la inteligencia de supervivencia ni muchos menos el miedo.
                Esta asignatura y modo de vida es de mucho cuidado, puesto que a mis referencias puedo decir que no cualquiera sale totalmente cuerdo después de haber adentrado a uno mismo, no es fácil, y me gusta la dificultad de sus conceptos porque por ahí empiezo a cavilar sobre diversos cuestionamientos, por eso espero que pase el fin de semana para reencontrar un punto quizá que había perdido en algún momento de mi vida; como cuando me di cuenta que necesitaba que alguien me diera una seguridad antes de yo misma entregármela, por eso me gusta porque me hace ser más rígida y mantenerme al tanto de mis actos.
                Cuando lanzas la dichosa navaja de dos o muchos filos  al aire tienes de dos sopas, la primera salir corriendo de tus propios cuestionamientos o arriesgarte a encontrar el modo dé agarre de este artefacto antes de que caiga y decidas adjudicar como respuesta a tus preguntas lo que sea, y lo mejor que puede pasar cuando se caiga es que la respuesta tarde o temprano se vuelve pregunta, y esa misma pregunta de nuevo necesite ser respondida; como diría Heráclito, la vida es un eterno devenir … cuando crees que algo es verdadero, es falso y cuando piensas que es falso, resulta ser verdadero dentro de poco tiempo.
                Qué interesada y llena de conocimiento salgo de esta clase, voy en el camión de vuelta a casa pensando y pensando hasta que la cabeza me duele y tiempo después creo haber encontrado una respuesta y eso me tranquiliza y gracias a esto así es mi vida y mi diario vivir. De hecho, creo que si me pagaran por pensar y encontrar el porqué de cada cosa ya no viviría aquí y definitivamente acabaría con el hambre mundial y montaría un albergue para perros que pudieran ser educados y amados.
Después de esto, reconozco el empeño fuertísimo que debe tener un docente de esta materia, que se ha vuelto una herramienta de mis reconocimientos y mis condolencias, para mí que es aquí, que estoy empezando a vivir.

“Ser una persona en desarrollo”

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